Bienvenidos!

Bienvenidos todos. Mi nombre es Viviana Quispé, soy boliviana y mi familia se dejo la vida en conseguir darme la educación que tanto quise, por lo que, con muchos esfuerzo de toda mi familia, consiguieron sacarme unos billestes de avión y pagarme la matricula en la universidad. Pero ahora he de ingeniarmelas en mi nueva ciudad, Madrid, con mi nueva vida, la gente que conoceré, etc... Aqui comienza mi vida, pero os pongo en antecendentes sobre mi infancia y vida en Bolivia.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Silvana y el sexo


  Tengo una teoría sobre Silvana, la cual ha sido analizada también por mi nueva amiga Clara, su medio-novio Isaac, el de la camiseta del Ché, y cómo no, por mi vieja amiga Begoña. Creo que a Silvana le falta un hervor. No, no voy a ser grosera con la amiga que me da el trabajo, me refiero a que Silvana le faltó haber vivido en plenitud su época de adolescente: la muerte de su madre, un noviazgo prematuro y un hijo venido a malas horas, la hicieron madurar antes de lo debido, y ahora que vislumbra en su vida algo de estabilidad, ahora que ella dice “que su hijo está criado”, ahora que se siente una mujer independiente, ahora es cuando Silvana intenta reproducir con más pena que gloria lo que tuvo que haber sido su época de adolescente inconsciente (bonita rima). Es que hay algo que critico en ella, y es su manera de tratar a los hombres, sus constantes cambios de pareja... Y diréis, ¿pero no era tímida?, ¿no era Silvana esa chica que baja la cabeza avergonzada cuando se acerca cualquiera de sus jefes? Sí, lo es, pero es una chica muy atractiva también, a la que los hombres acuden sin ella pedirlo, y ella, que tan buen corazón tiene, no rechaza a casi ninguno.



   Gladys, la regenta de la guardería ilegal donde cada vez pasa más horas Alexis, el retoño de Silvana, dice que el niño está cambiando, que se muestra cada vez más agresivo y solitario. Gladys no tiene idea de pedagogía, pero intuye que a ese niño le pasa algo. Silvana se muestra preocupada, pero pasa por alto que su comportamiento inestable es el que hace sufrir a su hijo, que al niño le afecta ver cada mañana a un señor distinto desayunando en su apartamento y que le gustaría que en su vida hubiera algo de estabilidad. Hoy hablé seriamente con Silvana, le hablé sobre su hijo, le pregunté si no se había dado cuenta que era su manera de actuar la que estaba cambiando el comportamiento del niño, como en un efecto dominó... pero no entendió mi reclamo, se declaró una mujer libre de hacer con su cuerpo lo que quisiera, y criticó que me metiera en su vida. Yo, que no quiero perder mi puesto de trabajo, me doblegué ante su declaración de intenciones y me tragué mis sugerencias. Pero ya pasadas unas horas después de la discusión, me hierve cada vez más la sangre, me parece una injusticia lo que esa mujer está haciendo con su hijo y lo reiteró: a Silvana le falta un hervor. ¡Blogspot: ¿Qué debo hacer?!

No hay comentarios:

Publicar un comentario